Del sol, un hombro y la soledad.

“gracias Patito” y un beso en la mejilla fueron mis haberes por consolar una frágil azucena sin palabras que el tiempo, el viento y la vida hicieron llorar como lloran millones de seres cuando se saben desnudos e inermes frente al espejo del Soy-Estoy-Existo y no hay prenda ni centavo que cubra tanto desconsuelo, ni brazos que abracen aquel vacío.
No sabría explicar la causa de aquellas lágrimas, pero sentí en aquel sollozo la soledad íntima de un cuerpo que ama y besa y sufre cuando no hay sol que alumbre las almas ni lumbre que guíe los pasos en el sendero de las vidas.
Sentí la soledad en mi hombro y mi camisa empapada hasta el pecho.
3 comentarios
Alejandra Troncoso -
Harold -
Poeta,ahora puedo respirar y darte buenas noticias. Por fin, pero hubo un momento en que pensé que fracasaría, en que me quedaría varado, y avergonzado. Sentí por momentos en que no sólo desfraudaría a ella, sino también a los amigos, en especial, a ti. Me emocionó mucho cuando leí tu post. Pero ya estamos en camino. Gracias por todo, por tu lindísima amistad! Abrazos!
Valeria resenite -
Abrazos inmensos